-10- Los despoblados
-16- Otros pueblos -17- Rutas y
edificios
De Los Serranos a Villella
Aunque el principal
objetivo del blog es difundir todo lo relativo a Villaconancio, esta va a ser
la primera entrada dedicada a otros lugares del Cerrato profundo. ¿A qué llamo
yo “el Cerrato profundo”? Bueno, es un término impreciso que me acabo de
inventar y que engloba a los pueblos que recogen la más pura esencia cerrateña.
Están en el interior de la comarca, relativamente lejos de las capitales y las autovías, y son
los más desconocidos, los olvidados por las guías turísticas. Están dispuestos alrededor del centro geográfico
de la comarca, y son los que limitan con
Villaconancio (Cevico Navero, Baltanás, Castrillo de Onielo, Hérmedes de
Cerrato, Vertavillo, Castrillo de Don Juan y Antigüedad), y en una zona que se
extiende unos 15 o 20 km a la redonda. También incluyo a algunos de los pueblos
del Cerrato vallisoletano como Torre de Esgueva, Castroverde de Cerrato y Fombellida.
Empezamos con la ruta
que va de la Fuente de Los Serranos a la ermita de Villella, en Antigüedad
(Palencia). Son 2 lugares que visito al menos una vez al año, ir ya es como una
peregrinación.
La fuente de los
Serranos, en el monte Valdeostillos, era uno de los abrevaderos que daba de
beber a las ovejas que transitaban la Cañada Real. Está en un valle rodeado de
sabinas, encinas y robles; también alguien ha plantado a su alrededor serbales
de cazadores (sorbus aucuparia), que es un árbol parecido al jerbo (sorbus
domestica). La fuente tiene 2 caños que echan agua en abundancia, y va a parar
a una especie de charca donde incluso hay gente que se baña. Después, el agua
va cayendo de un pilón a otro, en una larga hilera, hasta que desemboca en el arroyo
Fuentehorno.
Alrededor de la fuente
hay una barbacoa, varias mesas y bancos para sentarse a la sombra de los
chopos.
El topónimo lo
relaciona el padre Barcenilla con un grupo de repobladores de las montañas de
León, aunque nada se sabe con certeza.
Villella
Villella aparece
documentada por primera vez en el año 934 en el documento fundacional del
monasterio de San Pelayo de Cerrato, cuando Oveco Didaci (fundador de Castrillo
de Don Juan y repoblador del Cerrato) y su esposa Gutina junto con sus hijos le
donan todas sus posesiones en Valdeavellano al citado convento el 1º de enero
de ese año. Uno de los límites de esta donación llega hasta Villella (“… usque ad
Villela"). En algunos documentos del monasterio de Sahagún es nombrada como
Villella de Rege.
Panorámicas del valle
Aparece citada nuevamente el 2 de febrero de 1.145 cuando
Alfonso VII concede al monasterio ceviqueño varias posesiones próximas a
Villella, como los lugares de Villanueva, Santa María de las Campanillas y el
monasterio de San Miguel, en un lugar entre Tobillas y Villella (“Villanova et
de monasterio sancti Michaelis et de sancta María iuxta Villelam”). En el
“Becerro de los Beneficios” (1.345) aparece como “Villiella” (siendo San Miguel
el titular de la iglesia de Villella: “En Villiella en la iglesia de sanct
Miguel deue auer un preste, dos graderos, que son con la media ración del cura
dos raciones menos sesma”), y en el de las Behetrías (1.352). Dice el “Becerro de
las Behetrías”:
Hoja del Becerro de las Behetrías de Castilla
“Villella en el obispado de Palencia
Este logar es de johan
rodrigues de sandoual e es behetría e son diviseros los señores de lara e los
de vizcaya e los de valberde.
Los derechos del Rey.
La martiniega dan al
Rey .cxl e .iij. maravedís.
Al señor del logar
.cxl e ij. que son .cclxxx. mrabedis*
Dan al adelantado por
quartos vii. marabedis.
Pagan servicios e
monedas quando los otros.
Non pagan fonsadera
nin la vsan pagar.
Non pagan yantar al
Rey.
Dan al merino del Rey
por entrada cada año doze maravedís.
Derechos de los
señores
Don juan nuñez quando
hera vivo contauales yantar a las veces.
Dan a su señor cada
año el que ha vna yunta de bueyes por infurción .i. marabedi. El que ha vna
cabeza de ganado con que labra cinco dineros Et el que non tiene ganado que le
da vna quantia de marabedis.
Dan acada vno de los
diviseros delos de lara e de vizcaya por el
sant johan .vi. marabedis alos otros acada vno cada año dos marabedis. “
*Está mal sumado, pues
142+143=285.
Villella aparece
nombrada tras “Bermides” (Hérmedes), “Sant sebastian” (despoblado de Hérmedes)
y Sant pedro de la yedra; tras ella aparecen “Antiguedat”, “Valberde cerca de
antiguedat”, “Villalba cerca de terrados”, “Terrados” (Villalba y Terrados son
despoblados de Baltanás) y “Baltanas”.
Hoja del Becerro de las Behetrías de Castilla
El 12 de abril de 1.342, se reúnen el merino y
los representantes de Antigüedad, Villella y Palenzuela en el monasterio de San
Pelayo para negociar los deslindes de las tierras y los privilegios de cada
lugar. En 1.345 (cuando la peste asola Europa y acaba con un tercio de los
europeos), la estadística de la Diócesis Palentina del obispo don Vasco vuelve
a citarla junto con la iglesia de San Miguel.
El 6 de agosto de 1.428 el abad
de San Pelayo entrega a censo perpetuo a Antigüedad varias de las posesiones
que tenía en Villella, lo que indica que quizá esta estuviera ya despoblada. De
hecho, utiliza la palabra “casares”, que
se solía emplear para referirse a las ruinas de despoblados. Una comisión de cuatro vecinos
(Juan Fernández, cura; Alfonso Fernández de Juan Gil; Alfonso Rodríguez y
Martín Sánchez), con poder otorgado por el concejo, alcaldes, oficiales y
hombres buenos de Antigüedad, se reúne en San Pelayo para firmar la escritura
de censo perpetuo de los términos de “Villanueva (era una granja) e con el monesterio de San Miguel, con la
iglesia de Santa Maria de las Campanillas que es cerca de Villella… con todas
sus tierras, prados, ejidos, cañamares, salces y con todas las otras cosas”,
“desde la piedra del río hasta la hoja del monte”.
Su tributo se pagaría todos
los años el día de San Miguel (29 de septiembre), y era de “tres cargas de buen
trigo seco, limpio de polvo e de paja, e una pitanza en que haya medio carnero
e un par de gallinas e una cántara de vino e algo más de pan cocido”.
En 1.475 ya estaba despoblada, pues no figura
en la Cédula de Isabel la Católica, que imponía una contribución a los pueblos
del Cerrato.
En 1.522, Juan Becerra, señor de Valverde, lleva a pleito a Antigüedad exigiendo que se
respeten los términos comunes de Villella, a lo que Antigüedad responde que
Villella es suya porque paga las contribuciones al rey y al abad de San Pelayo,
y porque desde tiempo inmemorial los han tenido por propios. Prueba de ello es
que cuando Villella se despobló, se llevaron a Antigüedad las campanas y no hay
mojones entre Villella y Antigüedad. Hubo más pleitos posteriormente a lo largo
del siglo XVI.
El topónimo procede de “Villuela”
y este del latín “villa” (casa de campo), significa por tanto: “pequeña villa”
(o granja).
La ermita actual es la
reconstrucción hecha en 1.988 de las ruinas de la antigua ermita, y no se ha
levantado exactamente sobre la anterior, sino unos metros al norte. En el
yacimiento se han encontrado varias tumbas antropomorfas selladas con lajas y
15 silos, alguno de las cuales fue reutilizado después como horno. Al realizar
las obras de reconstrucción, fueron halladas varias piezas cerámicas (7 ollas,
7 jarras de boca trilobulada y 1 cantarilla) colocadas boca abajo en un hueco
de unos cuarenta centímetros dentro del presbiterio, bajo una capa de yeso.
Todas las cerámicas fueron modeladas (al parecer son del siglo XI) con torno y sometidas
a una cocción oxidante; algunas de ellas tienen orificios que las inutilizan
para contener líquidos.
Podemos trazar la
siguiente cronología:
-Se construye el
templo, como iglesia fundacional del monasterio. En esta época se realizan
enterramientos en su interior (con los pies hacia el este y la cabeza hacia el
oeste) y se utiliza para el culto.
-En la nave del templo
se excavan 3 hileras de silos, llegando hasta 15 por lo menos. Los huesos
extraídos al excavar los silos fueron colocados en varios depósitos dentro de
la ermita.
-Varios silos se unen
con una zanja y empiezan a utilizarse como horno. En su interior había escorias
de cobre y bronce (restos de fundición), además de adobes quemados y fragmentos
de barro cocido y forma cóncava pertenecientes a la cúpula del horno.
-Se reconstruye la
iglesia, en estilo románico (hacia el siglo XII).
-El abandono se adueña
del lugar, que queda sepultado por los escombros, ceniza y tejas. Esto debió de
producirse hacia el siglo XV. Sin embargo, no impidió que se mantuviera como
ermita del vecino pueblo de Antigüedad.
-Se hunde la ermita a
mediados del siglo XIX. Durante la segunda mitad del siglo XIX, todavía se
pueden ver restos de edificios en el lugar donde se ubicó el antiguo pueblo. Poco
a poco, se fue olvidando la historia de Villella, que era un lugar muy visitado
por los vecinos. Como dice la tradición: “Lunes a Villella, martes a Garón,
miércoles a Valverde, y jueves, la Ascensión”.
-Finalmente, en 1.988,
la ermita es reconstruida por los vecinos de Antigüedad. Tiene planta
rectangular y un ábside cuadrado (mirando hacia el este). Pegando al muro sur
hay un tejadillo que cubre los restos de las excavaciones, y la
puerta mira hacia el oeste, cubierta por un atrio que está rematado por la
imagen pétrea de la Virgen de Villella. La imagen original románica de la
Virgen está en la parroquia de Antigüedad.
Virgen de Villella, en la espadaña de la ermita
En la zona está el monasterio de San Pelayo (en el pago de Valdeavellano, Cevico); y existieron el de San Salvador, en Valverde; y el de San Miguel, en Villella.
La ermita
La planta de la iglesia primitiva tiene antecedentes visigodos que continuaron en el románico. Lo más original son las columnas del presbiterio, rematadas por capiteles en forma de tronco de pirámide invertida (similar a la arquitectura asturiana o incluso bizantina). Los fustes monolíticos nos remiten al mundo mozárabe.
Es, en definitiva, uno
de los templos más antiguos del Cerrato (obviando, por supuesto, San Juan de Baños
y San Isidro de Dueñas), cuyos orígenes, en estilo prerrománico y mozárabe, se
remontan al siglo X. Es de la misma época que la ermita de Nª Sª de las Heras, en Hérmedes.
Por último, y como curiosidad (cada cual que piense lo que quiera, yo ni quito ni pongo), no puedo pasar por alto que
el lugar ha sido noticia en los últimos tiempos por haber aparecido en el
programa televisivo de Iker Jiménez “Cuarto Milenio” y en otros relacionados con el misterio. El antigüedeño Jesús
Torrellas ha escrito varios libros (sobre los que no opino porque no los he
leído, al menos de momento) sobre Antigüedad en los que dice que es un lugar mágico donde
ocurren extraños fenómenos, y que estos se concentran en torno a sus 2 ermitas,
Villella y Garón. Afirma que hay cuevas o túneles con salida en las inmediaciones de la ermita.
Este es un fragmento, bien poético, del pregón que dio en el Teatro Principal de Palencia en los sanantolines de 2011:
Este es un fragmento, bien poético, del pregón que dio en el Teatro Principal de Palencia en los sanantolines de 2011:
“Siguiendo la vereda del arroyo que se introducía en
las tripas del convento [de San Pelayo], y disfrutando de una belleza
inigualable, llegarán al escenario de la mayor parte de mis investigaciones y
reportajes, el valle de Villella, ya en el término de Antigüedad, en el
mismísimo corazón del Cerrato.
…
Un valle, para no variar, bello, atípico en el
Cerrato, agua y floresta por doquier, abigarrada y espectacular. Donde hubo un
pueblo, del que ya nada queda, y que desapareció misteriosamente hace siglos, a
buen seguro víctima de alguna peste fulminante.
Aunque, como en San Pelayo, todos murieron… pero no se
fueron. Tan solo queda en pie una ermita, recuperada por los vecinos de
Antigüedad hace unas décadas, sobre los cimientos y escombros de la original.
Coqueta por el día, como de esos sanatorios de película en los Alpes suizos,
regentado por monjas. Chiquita, a mitad de ladera, sobre un montón de túneles
misteriosos, alguno de los cuales aún puede verse la entrada a simple vista.
Pero ensoñadora y amenazante con la llegada de las sombras.
Han sido infinidad de programas los que hemos
realizado allí, visitantes ilustres, profesionales avezados, etc… recogidos
testimonios alucinantes de hechos a veces contados por otros, casi siempre
vistos y experimentados en carne propia. Hasta la Guardia Civil levantó un par
de atestados hace años sobre hechos allí ocurridos, con el apéndice de
“fenómeno inexplicable”.
Una vez más lo paranormal en su culmen, para al final
todo ello pasar a segundo término, cuando se llora de emoción al incidir la luz
naranja del atardecer en la ermita. Un espectáculo soberbio, que apenas dura
unos segundos, el postrero rayo oblicuo del atardecer, y que quien lo vive ya
lo retendrá en la mente para los restos. Y en el alma.
Hay un momento, al igual que ocurre en las balconadas
de la Catedral de Palencia, a primeros de junio, sobre los días 5 y 6, en que
la tonalidad del crepúsculo vespertino se torna naranja violeta y envuelve como
en neblina, apenas perceptible, al círculo que rodea ambas construcciones, la
pequeña ermita de Villella y la imponente balconada de la Catedral en su cara a
la plaza de Cervantes.
Allí todo el misterio se condensa en las piedras, y
hace que la sensibilidad aflore… no se lo pierdan.
Suman cientos las personas que cada año visitan
Villella, y el Cerrato en general, de mi mano. Y los programas de radio a nivel
nacional lo han pregonado. Grupos de investigadores hasta venidos de América
del Sur, en busca de documentos y películas sobre avistamientos de luces en el
cielo, y demás abanico de lo misterioso. Y tras desplegar su parafernalia de
cables, cámaras de infrarrojos de visión nocturna, etc… pronto quedan
fascinados ante la visión del cielo cerrateño.
Incluso me han comentado que ni en la cumbre del
Teide, donde se instala un observatorio astronómico de gran importancia, se
logra una panorámica más estremecedora y bella del firmamento, como en la cima
de la colina que protege la espalda de la ermita de Villella.
Son muchos los miradores privilegiados en nuestra
provincia, donde la contaminación lumínica es nula, pero ninguno tan
sobrecogedor como ese, el valle de Villella.
Y cuando se pasa una noche allí, con esos 360 º de
disfrute de la cúpula nocturna, lo demás queda en segundo plano.
Allí todo cobra otra dimensión. Anterior al pueblo
desaparecido hubo, en la noche de los tiempos, asentamientos celtas, romanos,
vacceos, y una extraña proliferación de construcciones religiosas, formando
parte de esa historia que jamás nos han contado.
Y su presencia, su legado, ha contribuido a que dicho
enclave sea el punto, créanme, más misterioso del territorio patrio. Son
muchos, de todos los estratos de la sociedad, tanto ricos como pobres, cultos
como sencillos, famosos como anónimos, quienes pueden dar fe de ello.”
Nos asomamos para echar un vistazo
En invierno
En verano
Por la zona hay algún colmenar y una casa. El arroyo de Fuentehorno discurre por el fondo del valle, a los pies de la ermita. Un camino lo cruza, aunque no tiene puente y no queda otra que saltar o mojarse un poco los pies. Eso, o dar un poco de rodeo y coger otro camino que baja desde la carretera.
En la actualidad, es algo corriente ver al pastor atravesar el
valle con su rebaño y sus perros.
El pastor con sus ovejas
Cómo llegar:
Para llegar a Los
Serranos hay que ir por la carretera Cevico-Antigüedad (PP- 1411) y justo en el km 6 coger la Cañada Real
Burgalesa hacia el este. Seguimos unos 3 km por ella rodeados de encinas y
alguna que otra sabina hasta llegar a un claro en el monte: el Sombrío de
Fuenteserranos. Allí hay un cartelón dedicado al elanio azul (un pájaro
norteafricano que en los últimos años se está extendiendo por Castilla debido a
la abundancia de su plato preferido: los topillos), pues esta es una ruta
ornitológica señalizada, y en el valle
de al lado, siguiendo una vereda a mano izquierda, se llega a la fuente.
Para llegar al valle
de Villella hay que coger la carretera PP- 1411 e ir hasta el km 8 o el 9. La
ermita está a unos 860 metros de altitud, en la ladera noroeste de un cerro
bordeado por los arroyos de Tronchuelo y Villella.
Para ir del valle de
Villella al de Los Serranos (o al revés) solo hay que ir por el fondo del valle
siguiendo el curso del arroyo de Fuentehorno.
Hacia Villella, al lado del arroyo Fuentehorno
Dejamos un colmenar a mano izquierda
Mapa de localización: https://www.google.com/maps/d/edit?mid=z4FslDPS-muM.kskdahkOPhWw
Fuentes:
-"Antigüedad, la larga marcha de una aldea a villa" Alejandro Barcenilla Mena
-"Becerro de las Behetrías"
-"Estadística de la Diócesis Palentina"
-"Becerro de las Behetrías"
-"Estadística de la Diócesis Palentina"
-“El Cerrato castellano” Manuel Vallejo del Busto Valladolid 1.978 Diputación de Palencia
-Folleto de las rutas de Antigüedad, editado por el
Ayuntamiento antigüedeño
-Iglesia prerrománica en Villella (VVAA)
Extraído de: Actas del II
Congreso de Historia de Palencia
27,28 y 29 de abril de 1989 Tomo I
Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua
Excma Diputación Provincial de Palencia Departamento de Cultura 1990 Págs. 509-524
-Pregón de San Antolín
(J.Torrellas)
-Fotografías propias
-“Palencia en sus
topónimos”, de Jesús María Merino Agudo, Diputación Provincial de Palencia,
2002
-“Toponimia palentina. Nuestros pueblos. Sus nombres
y sus orígenes.”, de F. Roberto Gordaliza Aparicio y José María Canal
Sánchez. Caja España.
Vistas de la ermita