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El invierno se acerca
Durante la primera quincena de diciembre son frecuentes en Villaconancio las lluvias, el viento frío y las heladas.
Por las noches caen buenas heladas y a la mañana siguiente se ven cercos blancos a las orillas de los caminos.
Donde mejor se está es en casa al calor de la gloria.
Pero merece la pena salir al campo a dar una vuelta. Así se ve el pueblo estos días:
Vistas panorámicas, haz clic con el ratón para ampliar:
El arroyo baja con más caudal que en verano, tras recibir las lluvias del otoño.
Las nieblas y la humedad caen sobre las tierras:
El palomar redondo y la carretera de Castrillo
La vega del Maderón vista desde el Carraúso
La vega del Maderón vista desde el Postigo
A ratos sale el sol.
En esta época se distinguen muy bien las encinas (Quercus ilex) de los robles quejigos (Quercus faginea). Las primeras son de hoja perenne y mantienen las hojas verdes siempre sobre el árbol mientras que los segundos son semicaducos, es decir, mantienen las hojas marchitas mucho tiempo sobre la planta. Por eso, los quejigos amarillean durante el otoño y se van secando sus hojas progresivamente según avanza la estación.
Sabiendo esto podemos ver que el monte de La Conchuela está formado por encinas mientras que a la orilla de la Cañada Real en el páramo de La Conchuela y en los montes de Valdehornos, Valdegallón y Valdeliriales predominan los robles.
Cañada Real a su paso por Valdeliriales
Entre los pájaros que más abundan por estos parajes está el pinzón común (Fringilla coelebs).
Hojas de roble:
Roble con gallaritas:
Hojas de encina:
En esta foto se puede ver la diferencia cromática entre robles y encinas:
Robles en Valdeliriales
Robles de Valdeliriales, con enebros en primer plano
Bajada de Valdeliriales
Valdepalacios
Corcos (mirando hacia Vertavillo)
Vistas de la carretera Hérmedes-Vertavillo desde Valdeliriales
Vistas detrás de La Mata
Asoma ya el trigo, la cebada... que sembraron.
