-3- Economía -3.3- Antiguos oficios -3.3.3- Colmenero
A lo largo del año había que ir haciendo distintas labores en el colmenar. Algunos solo se acordaban de las abejas para catar las colmenas, pero hay que estar atentos para vigilar que todo vaya bien.
A
finales del invierno, los días soleados, las abejas salían a pecorear de flor
en flor.
En
mayo o junio se produce la enjambrazón: la colonia crece y una parte de ella
(un enjambre, en el que hay una reina) abandona el que era su hogar para fundar
otro nuevo.
El primer enjambre de la temporada
que sale de la colmena lleva la reina vieja. El resto de enjambres (jabardo,
jabardillo…) llevan reinas vírgenes (sin fecundar). Por eso, al comprar un
enjambre hay que tener cuidado para que no te endilguen un jabardo.
En
el colmenar hay que moverse sin movimientos bruscos, que ponen nerviosas a las
abejas. Tampoco les gustan los colores oscuros ni los ruidos fuertes.
La
cata es la operación en que se coge la miel.
A veces se hacía en otoño, aunque se solía esperar hasta febrero (en
esta época, además, no hay cría). El apicultor echaba humo para ahuyentar a las
abejas; entonces se cargan de miel y no pican (no pueden doblar el abdomen).
Cortaba los panales con un cuchillo o catadera y los sacaba con ayuda de una
pala. Se empleaba una catadera para cortar los panales y una espátula para
despegarlos de las paredes. Había que dejar suficientes provisiones a las
abejas para que pasaran el invierno. Se cogía la miel que había por detrás de
la tranca, que es la cruceta de madera que se colocaba dentro de la colmena u
hornillo. Allí fijaban los panales las abejas y la tranca servía para indicar
al colmenero qué parte podía coger y qué parte tenía que dejar.
Estas
colmenas se ahumaban desde dentro del colmenar, no desde la piquera (las
modernas se ahúman por la piquera).
Los
panales se rompían y se colocaban en una cesta de mimbre al sol o se dejaban
escurrir cerca del fuego para extraer la miel, que caía a un recipiente
colocado debajo. Cuando ya no salía más, se mezclaban con agua y se calentaban,
sin dejar que la miel hirviese. Después se echaba en una duerna de madera, que
tenía un agujero abajo. Al cabo de un rato, la miel quedaba abajo y la cera
arriba. Entonces se destapaba.
Con
la cera se hacían tortas y se enrollaban alrededor de una cuerda para hacer
velas.
Las
colmenas que van encajadas en la fachada del colmenar se hacían con ramas de
enebro. Estas se cortaban en finas tiras abriendo las ramas con una navaja, y
con ellas se trenzaba un cesto que después solía cubrirse con yeso.
El
espacio que quedaba entre las colmenas se rellenaba con piedras pequeñas,
mortero o yeso.
Para
abrir la piquera se rompía la punta del cesto y por el agujero se metía un
palo, extendiendo un poco de yeso por la fachada alrededor de la piquera.
Las
cestas tienen una medida de 1 metro de profundo y medio metro de diámetro en su
parte más ancha. Luego se van haciendo más estrechas hacia la piquera. La de la
foto de abajo mide 100 cm exactos de profundo, y tiene un diámetro máximo de
30x50 cm.
Es cierto que
otras colmenas se hacían con adobes, con maderas, o incluso solamente se hacía
el hueco con un molde, pero en el Cerrato la mayoría son de enebro.
Detalle del interior de la colmena (Colmenar de Corcos, junto al camino de Valdelobos)
Colmenas. Se puede comprobar la forma irregular que tienen, algo propio de la arquitectura popular (Colmenar de Corcos, junto al camino de Valdelobos)
Colmenas apiladas en el interior de un colmenar, todavía sin el yeso entre ellas (Colmenar hacia Valverde, Antigüedad)
Colmenas de madera. Es el único colmenar que he visto con este tipo de colmenas, de madera y forma rectangular, con ladrillos intercalados (Colmenar de Población, en Villaconancio)
Hay colmenas
hechas con distintos materiales, como esta con un marco de madera, para colocar la tapa. Por dentro es de forma cónica (Colmenar
de La Barbera, Villaconancio)
Tapa de colmena, con asa (Colmenar de Población, Villaconancio)
Colmenas de yeso, hacia la Esgueva
Las tapas de las colmenas suelen ser de piedra, pero las hay de yeso, madera, e incluso de metal:
Tapas de yeso, Antigüedad
Tapa de madera, con asidero (Colmenar de Hontoria, Vertavillo). Quedan restos de cera en el interior.
Tapa de metal (Lo que asoma por debajo es mi pie)
-a la izquierda, un escriño, para meter los panales encontrados en el campo y llevarlos al colmenar. Se podía poner aguamiel dentro para que las abejas aceptasen su nueva morada y no se marchasen después de allí.
-abajo, una paleta de madera: servía para coger los panales
-a la derecha, un ahumador primitivo. Es un puchero normal y corriente, pero fue agujereado por debajo. Se prende el combustible (trapos de pana, cartón, hojas, madera…) en su interior, se sopla por arriba y sale el humo por debajo.
-velas, palmatorias, candiles…
-cataderas
-traje y careta
Las chaquetas suelen ser de colores claros (blanco o amarillo, pues tranquilizan a las abejas) y protegen al apicultor de las picaduras. Esta chaqueta estaba colgada en el colmenar de Valseco, con combustible para el ahumador en los bolsillos. Valseco es un enclave perteneciente a Torre de Esgueva y próximo al siempre verde valle de Arranca.
Caretas de apicultor
-recipientes para la miel y la cera: tarros, … cubos de metal agujereados
-recipientes para que las abejas beban: platos…
Abejas en la piquera y plato para que beban
-hoces, azadas, paletas de metal (de albañil)
-mechero
Mechero hallado en un colmenar hundido (concretamente, en el colmenar de Valseco, Torre de Esgueva)
-alambre de espino
-escobilla para barrer las abejas. Puede ser de espliego u otras plantas.
Colmenas móviles
En la actualidad, ya no se suelen utilizar
este tipo de colmenares, sino que se utilizan otro tipo de colmenas
artificiales. Hay varios tipos, que llevan el nombre de su inventor: la Dadant,
Langstroth… y son todas móviles, esto es, se pueden trasladar.
En
su interior se disponen normalmente 10 cuadros móviles, que se pueden sacar. En
cada uno de ellos se extiende una lámina de cera en la que las colmenas abren
sus celdillas hexagonales.
Estas
colmenas son más prácticas, pues se pueden inspeccionar con más facilidad y se
pueden tratar las enfermedades de las abejas. También permiten mantener los
huevos y larvas separados de la miel, colocando un excluidor de reinas. Al ser
la reina de mayor tamaño, no cabe por el agujero y no puede poner huevos donde
las obreras están guardando la miel.
Para
extraer la miel, se cortan los opérculos (las tapas de cera que cierran las
celdillas) y se centrifugan los cuadros.
El
ingenio de los apicultores ha ido creando numerosas herramientas: la pinza
elevacuadros, el ahumador de fuelle, e incluso una máquina que aparta a las
abejas de los cuadros por medio de un chorro de aire.
Colmenas modernas
(Castrillo de Onielo)
Colmenar antiguo
modernizado (Villaconancio). El colmenar tradicional se ha prolongado de modo
que las colmenas móviles quedan resguardadas bajo teja, y además, más
protegidas de los cacos.
Colmenar antiguo reconvertido y con colmenas móviles, en Vertavillo. A su alrededor cuelgan de los árboles chapas y objetos brillantes, supongo que para ahuyentar a las aves insectívoras que se alimentan de abejas (abejaruco, golondrinas...).
PD: Añado esta herramienta apícola hallada en un colmenar villaconanciero, supongo que sería para cortar o despegar los panales:
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