martes, 13 de septiembre de 2016

Las bodegas (III):los lagares



-5- Arquitectura popular      -5.5- Bodegas

Las bodegas (III): los lagares

Había lagares comunitarios (que solían ser superficiales), donde se llevaban las uvas y te las prensaban pagando un precio (en dinero, o en especie: se quedaban con una parte del mosto); y otros que eran solo para la familia (estos eran subterráneos). Los lagares subterráneos se comunican con el exterior por una gran chimenea que se remataba en una caseta (llamada “descargadero”) por donde se vertían los racimos a la pila del lagar. Después se pisaban los racimos en la pila, y cuando no salía más mosto, se prensaba lo que quedaba.

    El lagar (del latín “lacus viniarius”) es básicamente una palanca. En un lado se armaba un castillete de maderas y en el otro una enorme piedra presionaba los racimos. Se hacían varias prensadas hasta que salía todo el mosto. El mosto caía en el pozal, que está situado a un nivel inferior al del lagar, y se sacaba de ahí con un cubo para trasvasarlo a la pila. De la pila se llevaba finalmente a las cubas, que reposaban en las profundidades de la bodega.

       Todo esto lo he explicado de una forma muy simple, el proceso completo tiene más operaciones y detalles.

        Algunos enólogos señalan que las bodegas tradicionales son apropiadas para la crianza de los vinos, es decir, su almacenamiento tras la fermentación. Sin embargo, no son un lugar adecuado para hacer fermentar el vino en ellas, como se hacía antaño. Esto es así porque la temperatura en la cueva es de unos 15ºC y el vino para fermentar necesita más calor. Por eso, había quien hacía hogueras en su interior, pero aún así y debido a las bajas temperaturas, el proceso no se completaba. El vino quedaba sin fermentar del todo, con demasiados azúcares y un sabor algo dulce.

        Según los “Apuntes del Celestino”:

      “Había lagares donde se hacía vino, uno era de mi tío Vicente, otro del tío Demetrio, otro de tío Pacomio, otro de los Quinteros, había otros dos más que solo era para la familia, había uno que era de mi Bisabuelo, este como eran muchos herederos todos mandaban, y así pasó que unos por otros, nadie se preocupó de arreglarle, entraron los gitanos y le destruyeron.

       También había muchas bodegas y todas tenían vino unos más y otros menos, porque había mucho viñedo, ahora ha desaparecido todo el viñedo y ha quedado en tierras de labor.”

      En el cerro de las bodegas de Villaconancio hay:

        -26 bodegas con puerta
        -15 hundidas o sin puerta
        -11 merenderos (con o sin bodega)
        -lagares: 2 superficiales y al menos 5 subterráneos, dentro de bodegas. Seguro que hay muchos más.

        En total, entre merenderos y bodegas hay 54 edificaciones.


   Lamentablemente, muchas bodegas villaconancieras están abandonadas a su suerte. Varias tienen agujeros en la entrada y algunas se han hundido por completo formando grandes cráteres. Otras  no tienen puerta y sirven de refugio a conejos y murciélagos.

      Vamos a ver los lagares.

       El primero está dentro de una bodega. Tiene 8,3 metros de rampa hacia abajo y otros 8,3 metros de frente. El lagar está al fondo, con un descargadero sobre él. A la izquierda hay una pila a ras del suelo de al menos 1,5 metros de profundidad y otra para verter el vino, trasvasar el mosto de los cántaros a los pellejos o las cubas, y para lavar los utensilios.



    Lagar y pilas:
      
      
      A la derecha, unos peldaños bajan a una sala contigua, donde reposan las cubas tumbadas sobre los poinos o puinos (2 maderos). Del techo de esta sala parte la zarcera. En la pared más profunda de esta sala hay un agujero que conecta con la bodega que hay a su derecha. Para entrar hay que trepar un poco, no está hecho a propósito para que pase una persona. Parece más bien que al excavar las bodegas calcularon mal y se metieron en la del vecino. La bodega de al lado es un pasillo recto con sisas a los lados y poco desnivel, prácticamente sin rampa.

Escaleras a la sala de las cubas:

Sala de las cubas:

Zarcera desde abajo:


   Este es el descargadero:
     
Esta es la viga del lagar vista desde arriba, desde el descargadero:




 





         Hay otro lagar (superficial) construido en un desnivel al borde del camino (así podían descargar los racimos directamente en el lagar, dejándolos caer desde arriba). 
 
      
      Este último tiene su planta dividida por la mitad: en una parte está el lagar propiamente dicho con la pila, el tornillo, la viga y la piedra; y en la otra hay dos entradas a salas subterráneas:
      

   
    

               Tornillo 

         -   Una de esas salas es enorme: el techo es duro, parece piedra pero no lo es. La sala es ancha y grande, con un estrechamiento en el centro. Sin sisas ni zarcera. Lleno de basura.
      


     -La otra entrada está cegada por los escombros, así que no sé lo que hay al otro lado.

      Además, he visto por la zona lo que parecen descargaderos, por lo que creo que hay más lagares subterráneos. Esto coincide con el texto de Celestino, que dice que había 4 lagares comunitarios y 2 para la familia.

   El edificio que hay a la entrada del pueblo, detrás del ayuntamiento, también es una bodega.

      En el camino de Baltanás hay otro lagar superficial: 
      


Dentro de otra bodega encontramos este lagar:






La bodega tiene 2 grandes sisas a cada lado, dispuestas de forma simétrica (una frente a la otra) y un gran lagar al fondo, hundido.


Existe otra bodega, situada en un corro de bodegas, que tiene también lagar. Serpenteante, con muros de adobe en su interior. 2 huecos la comunican con la bodega de al lado, que tiene arcos de ladrillo.
La entrada es una caseta, después hay 25 peldaños hacia abajo y una sisa a la derecha. 15 metros al frente y 1 sisa a la derecha y otra a  la izquierda, enfrentadas. Al fondo a la derecha hay un lagar con el castillo aún montado. Aquí lo podemos ver:







       
       Las medidas no son muy exactas, pues lo medí contando los pies. Además, el suelo en muchas bodegas está con cascotes, pero sirve para hacerse una idea de cómo son.

viernes, 12 de agosto de 2016

Las bodegas (II):construcción y partes

-5- Arquitectura popular      -5.5- Bodegas

Las bodegas (II): construcción y partes

    El cerro elegido para construir las bodegas debía tener un subsuelo duro, compacto e impermeable. Primero se cortaba a plomo el lugar donde iba a ir la fachada, y luego se excavaba la  galería principal empezando por la rampa. Al mismo tiempo se iba haciendo la zarcera, y en su caso, el descargadero. A través de la zarcera se sacaba la tierra y se compactaba sobre el suelo para que al aumentar la pendiente la lluvia corriese sobre la bodega y no se filtrase la humedad. Normalmente las paredes de la bodega se dejaban desnudas, no se cubrían con piedra.

        La mayoría de las bodegas son simplemente una rampa, que se prolonga en una galería principal y a cuyos lados se van abriendo las sisas (oquedades  abiertas en las paredes de la cueva) donde reposaban las cubas de vino. En la entrada, la fachada se hacía de piedra y se construía una caseta de piedra  o piedra y ladrillo, mientras el techo se reforzaba con losas de piedra y a veces con vigas de enebro. La rampa a veces es solamente un plano inclinado de tierra apisonada, aunque suelen ser unas escaleras. La mayoría de las bodegas villaconancieras tienen en el techo de la rampa grandes losas de piedra. Algunas tienen en un lateral de la rampa, nada más cruzar la puerta, un hueco en la pared para dejar las llaves, el candil, el vaso  o lo que fuera. También pueden tener un ensanchamiento en la rampa o en la entrada llamado cocina, donde se solía poner una mesa y la gente se sentaba cuando subía a merendar a la bodega.

        En algunas bodegas, todavía quedan las cubas (o carrales, mejor dicho).

     El trabajo de excavar debía ser continuo, si no la pared se endurecía y costaba mucho más. Ah, no olvidemos que todo esto se hacía a pico y pala. 
       
       La principal característica de las bodegas es que, al estar bajo tierra, la temperatura en su interior no varía tanto como en el exterior. Se mantiene (relativamente) constante pese a las variaciones estacionales y a lo largo del día. 

 Otra construcción relacionada con el vino son los guardaviñas. Son unas construcciones muy similares a los chozos de los pastores que se levantaban en los majuelos. Los viñadores se guarecían en ellos. Eran los encargados de vigilar las viñas antes de la vendimia; se ocupaban de que nadie cogiera racimos o hiciese algún destrozo en las viñas, e impedía que el ganado pastase en ellas. También se refugiaba allí la gente que iba a vendimiar. En Villaconancio queda un guardaviñas: es la caseta de los ceviqueños, que podemos ver en la foto:


lunes, 11 de julio de 2016

Las bodegas (I): historia e introducción

-5- Arquitectura popular      -5.5- Bodegas

Las bodegas (I): historia e introducción

       En todos los pueblos del Cerrato hay un barrio de bodegas. Son bodegas excavadas en la ladera sur de un teso o cerro cercano al pueblo. Además, bajo las casas hay también bodegas y pasadizos. Villaconancio no es una excepción.

       En las próximas entradas, voy a hablar de la cultura del vino en Villaconancio. Y es que, ahora que no hay viñedo choca ver tanta bodega, pero el vino ha sido siempre uno de los productos propios de esta tierra. El trabajo en el campo era muy duro cuando no había máquinas, y sobre todo los hombres pasaban largas jornadas arando, cavando o segando. 

      El vino era una parte importante de la dieta, ya que es muy nutritivo; por supuesto también estaba presente en todas las celebraciones (y en la misa) y lo bebían hasta los niños. Hasta hace unas pocas décadas, el vino regaba las meriendas que se hacían para festejar el fin de la cosecha, las fiestas patronales... y las bodegas eran un lugar de encuentro, donde se reunían, por ejemplo, los mozos para coger valor antes de ir a rondar a las mozas. 

      El origen de la mayor parte de los barrios de bodegas de estas tierras se remonta al reinado de los Reyes Católicos (siglo XV), una época en la que la estabilidad  que había alcanzado el Cerrato permitió el crecimiento de la población y favoreció el cultivo de la vid. Estos monarcas visitaron las villas del Cerrato muchas veces, incluso vivieron en Dueñas varios años. No olvidemos tampoco que en  Baltanás hubo una batalla en la que las tropas del castillo baltanasiego apoyaron a Isabel frente a Juana “la Beltraneja”, en aquella guerra civil por el trono castellano. El derribo de los castillos, ordenado por los reyes, hizo que los cerrateños excavasen las bodegas en los cerros donde se erigían las fortalezas y aprovechasen las piedras para construir las escaleras, las bóvedas, las pilas del lagar…
       Por ejemplo, en Baltanás las bodegas están precisamente en el “cerro del Castillo”, junto a la iglesia. Todo ello fue seguramente construido con las piedras del castillo.

       Se excavaban normalmente en laderas orientadas hacia el norte, para tener mejor ventilación; sin embargo, en Villaconancio miran hacia el sur y hacia el este:


Fuente: SIGPAC

               La mayoría de las bodegas están junto al camino (el de Baltanás o el de La Sombría). Sin embargo, varias se disponen en un nivel superior a lo largo de la ladera, e incluso hay algunas por debajo del camino formando un total de 3 niveles. 
              La última vez que estuve recorriendo la zona pude ver en el nivel inferior al menos 2 cuevas cegadas por los cascotes, que fueron en su día bodegas.

              Las viñas se plantaban normalmente en tierras poco fértiles (que no valían para otros cultivos), cascajosas y orientadas al sur, pero que no fuesen excesivamente calizas. Sobre todo en la parte baja de las laderas.

        Para entender cómo se construye una bodega y cómo funciona hay que conocer primero algunos términos:

       -la zarcera es la chimenea de ventilación que se situaba hacia la mitad de la bodega para eliminar el tufo (el tufo son los gases generados por la fermentación del vino, sobre todo anhídrido carbónico). Su nombre viene de la práctica de introducir una zarza encendida por ella para verificar si hay tufo o no. Si la zarza se apagaba es que había tufo (el gas había desplazado al oxígeno al pesar más que este y no se podía entrar en la bodega); otra forma de comprobarlo era entrar con un candil: si se apagaba había que salir rápidamente para no asfixiarse. Algunas zarceras son simples agujeros, por lo que al caminar por el cerro de las bodegas hay que tener cuidado de no caerse. Aquí podéis ver una destapada:


        Otras las han tapado con cemento.

    Como el resto de elementos de la arquitectura popular, se construían con los materiales que se tenían más a mano, y por eso mismo están perfectamente integradas en el paisaje.

    -majuelo: viña o terreno plantado de cepas, especialmente jóvenes. Cada familia solía tener un majuelo no muy grande (de media hectárea para abajo) para proveerse de vino para su propio consumo.

      A finales del siglo XIX hubo una auténtica fiebre del vino: se plantaron nuevas cepas para satisfacer la demanda de Francia. Sin embargo, durante el siglo XX debido a la filoxera, la concentración parcelaria y la dejadez y escasa iniciativa de los lugareños, se fueron arrancando las viñas hasta que en Villaconancio no quedó ni una. Incluso se concedieron subvenciones para arrancar las viñas.               En la vecina D.O. Ribera del Duero (en la que por cierto hay algún pueblo cerrateño como Tórtoles, los Piñeles u Olivares de Duero)  han sabido hacer mejor las cosas: con un clima idéntico y unos suelos parecidos a los de Villaconancio están a la cabeza del sector vitivinícola español  y mundial.

       Algunos pueblos de la parte palentina del Cerrato se han unido a la D. O. Ribera del Arlanza: Baltanás, Torquemada…  aunque la superficie de  viñedo es aún muy pequeña.


        Aquí tenemos unas vistas de las bodegas:



           Esta desde arriba:

            El camino de la Sombría:







        Y algunas zarceras (no hay muchas):





                                           
















viernes, 10 de junio de 2016

Villaconancio en la pintura

-4- Arte  

Villaconancio en la pintura


Venecia tuvo a Canaletto, y Rouen a Monet. Varios rincones de nuestro pueblo han sido plasmados al óleo en lienzos o tablillas por el artista palentino "Peredo". Vamos a verlos.




Este es el más antiguo (de 1.983). En él podemos apreciar el palomar redondo y "el árbol" que existía junto a la carretera de Castrillo.


Esta vista del Collado con la Mata al fondo es de 1.990.

Otros más recientes son los siguientes: 
(en algunos pongo al lado la foto del lugar para comparar con el cuadro)

Las traseras de los corrales que hay debajo de la Báscula:




Vistas de la Iglesia: 












El palomar:




La calle Postigo:







La calle la Ermita (este edificio ya ha desaparecido):





Casa azul a la entrada del pueblo:



La Mata: 


Campo de girasoles:




Y cómo no, Juanito y las ovejas: