viernes, 14 de octubre de 2016

Las bodegas (IV):fachadas

-5- Arquitectura popular      -5.5- Bodegas

Las bodegas (IV): fachadas

Estas son las fachadas de las bodegas villaconancieras:
















       Las puertas se hacían a menudo con madera de enebro, por ser resistente a la humedad y a los insectos xilófagos. Como vemos, en las puertas se dejaban huecos que permitiesen la ventilación. Esto es fundamental para eliminar el tufo e impedir la aparición de mohos, además de reducir la humedad. En las bodegas poco profundas basta con la ventilación que se produce a través de la puerta; sin embargo, en las más grandes es necesaria además una zarcera. De este modo se produce una corriente de aire entre puerta y zarcera que renueva el aire de la bodega.
       En primavera y verano, cuando la temperatura en el interior de la bodega es inferior a la temperatura exterior, el aire frío (más pesado) hace que sea más difícil la entrada del aire exterior. En otoño e invierno, el aire exterior frío y pesado desplaza más fácilmente al aire interior, con lo que la bodega se ventila mejor.
       







             















       En algunos frentes de bodegas un alero sobresale por la parte superior de la fachada.



















































Las fotos están hechas solamente con ánimo descriptivo, no artístico.

martes, 13 de septiembre de 2016

Las bodegas (III):los lagares



-5- Arquitectura popular      -5.5- Bodegas

Las bodegas (III): los lagares

Había lagares comunitarios (que solían ser superficiales), donde se llevaban las uvas y te las prensaban pagando un precio (en dinero, o en especie: se quedaban con una parte del mosto); y otros que eran solo para la familia (estos eran subterráneos). Los lagares subterráneos se comunican con el exterior por una gran chimenea que se remataba en una caseta (llamada “descargadero”) por donde se vertían los racimos a la pila del lagar. Después se pisaban los racimos en la pila, y cuando no salía más mosto, se prensaba lo que quedaba.

    El lagar (del latín “lacus viniarius”) es básicamente una palanca. En un lado se armaba un castillete de maderas y en el otro una enorme piedra presionaba los racimos. Se hacían varias prensadas hasta que salía todo el mosto. El mosto caía en el pozal, que está situado a un nivel inferior al del lagar, y se sacaba de ahí con un cubo para trasvasarlo a la pila. De la pila se llevaba finalmente a las cubas, que reposaban en las profundidades de la bodega.

       Todo esto lo he explicado de una forma muy simple, el proceso completo tiene más operaciones y detalles.

        Algunos enólogos señalan que las bodegas tradicionales son apropiadas para la crianza de los vinos, es decir, su almacenamiento tras la fermentación. Sin embargo, no son un lugar adecuado para hacer fermentar el vino en ellas, como se hacía antaño. Esto es así porque la temperatura en la cueva es de unos 15ºC y el vino para fermentar necesita más calor. Por eso, había quien hacía hogueras en su interior, pero aún así y debido a las bajas temperaturas, el proceso no se completaba. El vino quedaba sin fermentar del todo, con demasiados azúcares y un sabor algo dulce.

        Según los “Apuntes del Celestino”:

      “Había lagares donde se hacía vino, uno era de mi tío Vicente, otro del tío Demetrio, otro de tío Pacomio, otro de los Quinteros, había otros dos más que solo era para la familia, había uno que era de mi Bisabuelo, este como eran muchos herederos todos mandaban, y así pasó que unos por otros, nadie se preocupó de arreglarle, entraron los gitanos y le destruyeron.

       También había muchas bodegas y todas tenían vino unos más y otros menos, porque había mucho viñedo, ahora ha desaparecido todo el viñedo y ha quedado en tierras de labor.”

      En el cerro de las bodegas de Villaconancio hay:

        -26 bodegas con puerta
        -15 hundidas o sin puerta
        -11 merenderos (con o sin bodega)
        -lagares: 2 superficiales y al menos 5 subterráneos, dentro de bodegas. Seguro que hay muchos más.

        En total, entre merenderos y bodegas hay 54 edificaciones.


   Lamentablemente, muchas bodegas villaconancieras están abandonadas a su suerte. Varias tienen agujeros en la entrada y algunas se han hundido por completo formando grandes cráteres. Otras  no tienen puerta y sirven de refugio a conejos y murciélagos.

      Vamos a ver los lagares.

       El primero está dentro de una bodega. Tiene 8,3 metros de rampa hacia abajo y otros 8,3 metros de frente. El lagar está al fondo, con un descargadero sobre él. A la izquierda hay una pila a ras del suelo de al menos 1,5 metros de profundidad y otra para verter el vino, trasvasar el mosto de los cántaros a los pellejos o las cubas, y para lavar los utensilios.



    Lagar y pilas:
      
      
      A la derecha, unos peldaños bajan a una sala contigua, donde reposan las cubas tumbadas sobre los poinos o puinos (2 maderos). Del techo de esta sala parte la zarcera. En la pared más profunda de esta sala hay un agujero que conecta con la bodega que hay a su derecha. Para entrar hay que trepar un poco, no está hecho a propósito para que pase una persona. Parece más bien que al excavar las bodegas calcularon mal y se metieron en la del vecino. La bodega de al lado es un pasillo recto con sisas a los lados y poco desnivel, prácticamente sin rampa.

Escaleras a la sala de las cubas:

Sala de las cubas:

Zarcera desde abajo:


   Este es el descargadero:
     
Esta es la viga del lagar vista desde arriba, desde el descargadero:




 





         Hay otro lagar (superficial) construido en un desnivel al borde del camino (así podían descargar los racimos directamente en el lagar, dejándolos caer desde arriba). 
 
      
      Este último tiene su planta dividida por la mitad: en una parte está el lagar propiamente dicho con la pila, el tornillo, la viga y la piedra; y en la otra hay dos entradas a salas subterráneas:
      

   
    

               Tornillo 

         -   Una de esas salas es enorme: el techo es duro, parece piedra pero no lo es. La sala es ancha y grande, con un estrechamiento en el centro. Sin sisas ni zarcera. Lleno de basura.
      


     -La otra entrada está cegada por los escombros, así que no sé lo que hay al otro lado.

      Además, he visto por la zona lo que parecen descargaderos, por lo que creo que hay más lagares subterráneos. Esto coincide con el texto de Celestino, que dice que había 4 lagares comunitarios y 2 para la familia.

   El edificio que hay a la entrada del pueblo, detrás del ayuntamiento, también es una bodega.

      En el camino de Baltanás hay otro lagar superficial: 
      


Dentro de otra bodega encontramos este lagar:






La bodega tiene 2 grandes sisas a cada lado, dispuestas de forma simétrica (una frente a la otra) y un gran lagar al fondo, hundido.


Existe otra bodega, situada en un corro de bodegas, que tiene también lagar. Serpenteante, con muros de adobe en su interior. 2 huecos la comunican con la bodega de al lado, que tiene arcos de ladrillo.
La entrada es una caseta, después hay 25 peldaños hacia abajo y una sisa a la derecha. 15 metros al frente y 1 sisa a la derecha y otra a  la izquierda, enfrentadas. Al fondo a la derecha hay un lagar con el castillo aún montado. Aquí lo podemos ver:







       
       Las medidas no son muy exactas, pues lo medí contando los pies. Además, el suelo en muchas bodegas está con cascotes, pero sirve para hacerse una idea de cómo son.

viernes, 12 de agosto de 2016

Las bodegas (II):construcción y partes

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Las bodegas (II): construcción y partes

    El cerro elegido para construir las bodegas debía tener un subsuelo duro, compacto e impermeable. Primero se cortaba a plomo el lugar donde iba a ir la fachada, y luego se excavaba la  galería principal empezando por la rampa. Al mismo tiempo se iba haciendo la zarcera, y en su caso, el descargadero. A través de la zarcera se sacaba la tierra y se compactaba sobre el suelo para que al aumentar la pendiente la lluvia corriese sobre la bodega y no se filtrase la humedad. Normalmente las paredes de la bodega se dejaban desnudas, no se cubrían con piedra.

        La mayoría de las bodegas son simplemente una rampa, que se prolonga en una galería principal y a cuyos lados se van abriendo las sisas (oquedades  abiertas en las paredes de la cueva) donde reposaban las cubas de vino. En la entrada, la fachada se hacía de piedra y se construía una caseta de piedra  o piedra y ladrillo, mientras el techo se reforzaba con losas de piedra y a veces con vigas de enebro. La rampa a veces es solamente un plano inclinado de tierra apisonada, aunque suelen ser unas escaleras. La mayoría de las bodegas villaconancieras tienen en el techo de la rampa grandes losas de piedra. Algunas tienen en un lateral de la rampa, nada más cruzar la puerta, un hueco en la pared para dejar las llaves, el candil, el vaso  o lo que fuera. También pueden tener un ensanchamiento en la rampa o en la entrada llamado cocina, donde se solía poner una mesa y la gente se sentaba cuando subía a merendar a la bodega.

        En algunas bodegas, todavía quedan las cubas (o carrales, mejor dicho).

     El trabajo de excavar debía ser continuo, si no la pared se endurecía y costaba mucho más. Ah, no olvidemos que todo esto se hacía a pico y pala. 
       
       La principal característica de las bodegas es que, al estar bajo tierra, la temperatura en su interior no varía tanto como en el exterior. Se mantiene (relativamente) constante pese a las variaciones estacionales y a lo largo del día. 

 Otra construcción relacionada con el vino son los guardaviñas. Son unas construcciones muy similares a los chozos de los pastores que se levantaban en los majuelos. Los viñadores se guarecían en ellos. Eran los encargados de vigilar las viñas antes de la vendimia; se ocupaban de que nadie cogiera racimos o hiciese algún destrozo en las viñas, e impedía que el ganado pastase en ellas. También se refugiaba allí la gente que iba a vendimiar. En Villaconancio queda un guardaviñas: es la caseta de los ceviqueños, que podemos ver en la foto: