viernes, 12 de agosto de 2016

Las bodegas (II):construcción y partes

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Las bodegas (II): construcción y partes

    El cerro elegido para construir las bodegas debía tener un subsuelo duro, compacto e impermeable. Primero se cortaba a plomo el lugar donde iba a ir la fachada, y luego se excavaba la  galería principal empezando por la rampa. Al mismo tiempo se iba haciendo la zarcera, y en su caso, el descargadero. A través de la zarcera se sacaba la tierra y se compactaba sobre el suelo para que al aumentar la pendiente la lluvia corriese sobre la bodega y no se filtrase la humedad. Normalmente las paredes de la bodega se dejaban desnudas, no se cubrían con piedra.

        La mayoría de las bodegas son simplemente una rampa, que se prolonga en una galería principal y a cuyos lados se van abriendo las sisas (oquedades  abiertas en las paredes de la cueva) donde reposaban las cubas de vino. En la entrada, la fachada se hacía de piedra y se construía una caseta de piedra  o piedra y ladrillo, mientras el techo se reforzaba con losas de piedra y a veces con vigas de enebro. La rampa a veces es solamente un plano inclinado de tierra apisonada, aunque suelen ser unas escaleras. La mayoría de las bodegas villaconancieras tienen en el techo de la rampa grandes losas de piedra. Algunas tienen en un lateral de la rampa, nada más cruzar la puerta, un hueco en la pared para dejar las llaves, el candil, el vaso  o lo que fuera. También pueden tener un ensanchamiento en la rampa o en la entrada llamado cocina, donde se solía poner una mesa y la gente se sentaba cuando subía a merendar a la bodega.

        En algunas bodegas, todavía quedan las cubas (o carrales, mejor dicho).

     El trabajo de excavar debía ser continuo, si no la pared se endurecía y costaba mucho más. Ah, no olvidemos que todo esto se hacía a pico y pala. 
       
       La principal característica de las bodegas es que, al estar bajo tierra, la temperatura en su interior no varía tanto como en el exterior. Se mantiene (relativamente) constante pese a las variaciones estacionales y a lo largo del día. 

 Otra construcción relacionada con el vino son los guardaviñas. Son unas construcciones muy similares a los chozos de los pastores que se levantaban en los majuelos. Los viñadores se guarecían en ellos. Eran los encargados de vigilar las viñas antes de la vendimia; se ocupaban de que nadie cogiera racimos o hiciese algún destrozo en las viñas, e impedía que el ganado pastase en ellas. También se refugiaba allí la gente que iba a vendimiar. En Villaconancio queda un guardaviñas: es la caseta de los ceviqueños, que podemos ver en la foto: