miércoles, 30 de agosto de 2023

Noticias de agosto de 2.023: la Fiesta y la Embajada China

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Noticias de agosto de 2.023: la Fiesta y la Embajada China

Villaconancio ha aparecido en la prensa este mes.

LA FIESTA

Aquí podéis ver las fotos publicadas en El Norte de Castilla:


Estos otros vídeos son míos, del grupo de danzas "Aires palentinos":


LA EMBAJADA CHINA

Por otro lado, ha aparecido un artículo de la serie "Cerrato insólito" en el Diario Palentino, de Fernando Pastor:


Embajada china en Villaconancio

Fernando Pastor
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El Madrileño era amigo de miembros de la embajada china en Madrid y los invitó a pasar una temporada en La obra, en el verano de 1901. Los niños chinos disfrutaron recorriendo el pueblo en burro, mientras los mayores realizaban labores de la embajada


Muchas personas del Cerrato se vieron obligadas a emigrar en busca de trabajo. Aunque el País Vasco fue el destino preferente, Madrid también fue punto de destino en muchas ocasiones, a lo largo del siglo XX. 

Fue el caso de una muchacha de Villaconancio, que marchó a Madrid a servir en casa de un hombre inmensamente rico, propietario de numerosos inmuebles. Alfonso Marot Cantero, conocido como El Madrileño.

La moza de Villaconancio y el potentado se enamoraron y se casaron, por lo que Villaconancio comenzó a ser destino de frecuentes visitas de la pareja, en un coche de caballos que tenía.

Adquirieron una parcela de aproximadamente una hectárea, la cercaron y comenzaron a construir, con tierra del páramo de Torquemada y grandes bloques de piedra de sillería labrada trasportadas por bueyes. Ese tipo de piedras hizo que su estilo fuera muy diferente al resto del pueblo

Siempre se conoció como La obra, quizás porque nunca se terminó de instalar todo y reinaba la provisionalidad. Pese a ello contó con taller de alfarería, carpintería, cristalería, farmacia, salón de pintura, capilla, mosaicos de la época, palomar, apriscos con ovejas… y muchas habitaciones. 

En Villaconancio ha tocado dos veces la lotería, lo que provocó que se dijera que era el pueblo con la renta per cápita más alta de España. Una de esas veces la lotería la llevó El Madrileño y le tocó a casi todo el pueblo. A un vecino, Sergio, no le tocó por no molestarse en ir a por ella pese a la insistencia de su mujer.

También dejó muchas cosas para el pueblo. Candelabros para la Iglesia, entre otras. La mayoría de esas cosas no se conservan, en el pueblo se cuenta que las destrozaron familiares de la chica, sus sobrinos concretamente. 

El Madrileño era amigo de miembros de la embajada china en Madrid y los invitó a pasar una temporada en La obra, en el verano de 1901.

Los niños chinos disfrutaron recorriendo el pueblo montados en burros, mientras los mayores realizaban las labores propias de la embajada.

De esta forma Villaconancio se convirtió por una temporada en escenario de la embajada china. Desde entonces se habla de la Embajada china en Villaconancio.

GREDA. En Villaconancio existe mucha greda, lo que ha dado lugar a una anécdota y a un juego.

El cementerio está en un alto y alejado del pueblo. A él se llegaba por un camino de greda, sin asfaltar. Cuando llovía se formaba un barrizal, lo que provocaba que el coche fúnebre patinara y en vez de avanzar cayera hacia atrás. Por ello era habitual que los asistentes al entierro se tuvieran que poner detrás para empujarle y que pudiera avanzar en vez de caer para atrás.

El juego se denominaba El juego de la señora, y era un divertimento para los niños antiguamente.  

Durante la cuaresma, un día del mes de marzo no tenían colegio para poder ir al campo a buscar greda. Con navajas y cuchillos hacían una figura con forma de mujer y recorrían el pueblo con ella portada en algún carro, para que la viesen todos los vecinos, aprovechando para llamar y pedir en todas las casas viandas que les permitieran hacer después una buena merienda.

Tras el periplo por todas las calles del pueblo se dirigían a la plaza Mayor y rompían el muñeco de la señora, dándole con palos o con lo que tuvieran a mano. Y es que Villaconancio siempre fue muy dado a las fiestas. Dispuso de dos salones de baile.

Por cierto, el nombre de la localidad viene de que fue villa de un obispo llamado Conancio.



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